COMPROMISO

Compromiso, Commitment y Engagement
Autor: Ernesto Yturralde
Nivel de interés: Alto
Tiempo de lectura: 07 minutos
Cuando pienso en el compromiso, no lo veo como un contrato escrito o una promesa repetida, sino como esa luz que se enciende dentro de cada uno de nosotros cuando decidimos firmemente dar lo mejor de nuestra energía y tiempo a algo que realmente nos importa. Esta convicción no surge de un mandato, sino de la decisión personal de sostener una causa, una relación, un propósito o un equipo, incluso cuando aparecen momentos difíciles y las correspondientes dificultades. No todos logran sintonizar con esa frecuencia; hay quienes, al no sentir esa conexión interna, adoptan una postura de resistencia o rebeldía, no porque se opongan a la causa, sino porque simplemente no les nace el compromiso. Y es allí donde la autenticidad cobra fuerza: nadie puede forzar el compromiso cuando no existe sentido, y ninguna estructura externa puede sustituir lo que no ha sido elegido desde dentro. Compromiso se conecta con el Sentido de Pertenencia combinado con otros elementos que abordaré más adelante.
El compromiso es mucho más que la voluntad, es la constancia misma en acción. No basta con tener la intención de estar presentes; se trata de mantenernos firmes aún cuando la comodidad nos invite a desistir. Es esa fuerza que nos recuerda por qué empezamos y que nos impulsa a seguir avanzando incluso en medio de las adversidades, porque entendemos que cada paso sostenido, nos acerca a la visión que hemos proyectado. El compromiso nos enseña a superar las excusas, a mantener la coherencia entre lo que decimos y hacemos, y nos invita a ser testigos de nuestra propia transformación.
Recuerdo una reunión en Costa del Este, Panamá, con un cliente en la Sesión de Co-Design que me dijo: “Mi gente cumple, pero no vibra”. Aquella frase nos abrió la puerta a grandes conversaciones y una poderosa reflexión: el compromiso no siempre garantiza pasión, y es allí donde entran en juego otros matices como lo son el commitment y el engagement, que completan la experiencia humana en las organizaciones.
Aquí vale la pena distinguir entre el matiz que aporta la palabra compromiso en español y lo que significa commitment en inglés. El primero solemos percibirlo como un “deber asumido”, a veces con cierto peso de responsabilidad; mientras que el commitment vibra más cerca de la pasión y la convicción personal que nos conecta con una causa que nosotros mismos hemos elegido. En las organizaciones necesitamos ambos: la estructura del compromiso que asegura orden y cumplimiento, y la fuerza del commitment que enciende entusiasmo y nos lleva a dar más de lo esperado.
El compromiso asegura que cumplamos con lo que hemos prometido, el commitment refleja la convicción personal de sostener nuestras elecciones con coherencia, y el engagement es esa energía emocional que nos conecta muy profundamente con lo que hacemos, generando un poderoso entusiasmo, gran creatividad e intensa pasión que se irradia y contagia en toda la organización.
Te comparto las diferencias esenciales:
- Compromiso | Es la obligación o deber que puede ser moral, social o contractual. Es cumplir con lo que se espera de nosotros, honrar la palabra dada, asumir responsabilidades y sostener acuerdos. Representa la base de la confianza, porque asegura que las promesas no queden en el aire. Sin compromiso, no hay credibilidad, pero quedarse solo allí puede llevar a equipos que cumplen sin entusiasmo.
- Commitment | Es la convicción personal, determinación y pasión por sostener una elección. A diferencia del compromiso, que puede ser impuesto desde fuera, el commitment nace desde dentro. Es el motor interno que nos impulsa a perseverar incluso en circunstancias difíciles, porque sentimos que lo que hacemos tiene sentido. Un colaborador con commitment no solo responde a lo que se le pide, sino que se entrega con convicción a lo que eligió.
- Engagement | Es el nivel de involucramiento emocional y motivacional que conecta al colaborador con su trabajo y lo impulsa a entregar más de lo esperado. No se trata solo de cumplir ni de perseverar, sino de disfrutar el camino, sentir orgullo por lo que se hace y vibrar con el propósito. El engagement es entusiasmo en acción, es energía que se contagia y que convierte a los equipos en comunidades vibrantes y sostenibles.
Entender estas diferencias nos permite reconocer que no basta con exigir compromiso, necesitamos inspirar commitment y cultivar engagement. Solo así las organizaciones logran pasar del cumplimiento formal a un entusiasmo radiante, generando culturas poderosas donde la entrega surge de manera natural y sostenida en el tiempo.
En las organizaciones, el compromiso se convierte en la savia que nutre cada proyecto. No lo reducimos a indicadores de desempeño, ni a horas de trabajo cumplidas, porque va más allá, mucho más allá. Se manifiesta en la entrega apasionada de nuestros colaboradores, en la responsabilidad compartida por alcanzar esas metas comunes y en la convicción de que nuestro esfuerzo, deja huellas que verdaderamente trascienden.
Comprometernos no significa, de ninguna manera, perder libertad, hay muchos que así lo piensan, realmente significa elegir con consciencia. Elegir permanecer cuando lo más fácil sería retirarnos, elegir poner el corazón en lo que hacemos, porque sabemos que nuestra presencia, marca la diferencia. El compromiso verdadero no nace de la obligación, nace del sentido, de reconocer que nuestra entrega tiene un propósito mayor que trasciende lo individual. Surge de la claridad interior que nos invita a sostener lo importante, incluso cuando nadie lo exige. Es la decisión madura de caminar con coherencia, sabiendo que la libertad alcanza su plenitud cuando elegimos aquello que consideramos, nos hace crecer.
Como líderes entendemos que el compromiso florece en ambientes donde la confianza se cultiva, donde la comunicación es abierta y donde cada colaborador siente que lo que aporta tiene valor. Allí la motivación no necesita empujarse desde afuera, porque el compromiso interno se convierte en motor que empuja la excelencia y la resiliencia.
El compromiso también se expresa en las pequeñas cosas: en escuchar con atención, en llegar a tiempo, en cumplir una promesa hecha en un pasillo, en dar la milla extra cuando el equipo lo necesita. Esos gestos, aparentemente simples, son los que construyen culturas sólidas y relaciones humanas duraderas.
Y aunque la palabra compromiso suene solemne, en realidad es profundamente humana. Está presente en un padre que no abandona a su hijo, en una colaboradora que se queda acompañando a su compañero de equipo hasta terminar un trabajo, en alguien que honra su palabra aunque nadie más esté mirando. También vive en quienes sostienen promesas silenciosas, en quienes cumplen con lo acordado aun en ausencia de aplausos, en quienes entienden que la integridad no requiere testigos. El compromiso auténtico se refleja en lo cotidiano, en esos gestos sencillos que construyen confianza y fortalecen el valor de nuestra presencia.
El compromiso es ese puente que une nuestras buenas intenciones con nuestros grandes resultados. Es lo que transforma nuestros ideales en realidades, nuestros sueños en proyectos cumplidos y nuestras palabras en hechos reales. Nos recuerda que lo que hacemos, importa y que nuestra perseverancia puede llegar a inspirar a otros a empoderarse de este compromiso.
Para citar este artículo:
Yturralde, Ernesto (2025). 'Compromiso, Commitment y Engagement'. Recuperado de https://yturralde.com/articulo-compromiso.html








